5 de agosto de 2025 5:22 pm

Rafael García-Parrado de Educa Edtech: “La inteligencia artificial solo es útil si responde a necesidades humanas”

La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito educativo está transformando profundamente cómo se enseña y se aprende. Sin embargo, en medio del entusiasmo por algoritmos, automatización y datos masivos, es crucial no perder de vista lo esencial: la educación es una actividad profundamente humana. Así lo plantea Rafael García-Parrado, fundador de Educa Edtech y una de las voces más influyentes en la tecnología educativa en el mundo hispanohablante, quien advierte: “La inteligencia artificial solo es útil si responde a necesidades humanas”. A través de esta premisa, impulsa una visión más crítica, reflexiva y centrada en el bienestar del estudiante y el rol del educador ante el avance tecnológico.

Rafael García-Parrado de Educa Edtech: “La inteligencia artificial solo es útil si responde a necesidades humanas”

Una IA centrada en el ser humano: ¿por qué es imprescindible?

Cuando hablamos de aplicar la inteligencia artificial a la educación, solemos imaginar escenarios futuristas: tutores virtuales, aulas completamente digitalizadas, corrección automática de exámenes y sistemas que predicen el rendimiento estudiantil con gran exactitud. Sin embargo, para García-Parrado, todas estas herramientas carecen de valor si no parten de una pregunta fundamental: ¿qué problema humano y concreto estamos resolviendo?

Para Educa Edtech, una startup enfocada en soluciones tecnológicas para el aprendizaje, la IA no es un fin en sí mismo, sino una palanca que debe potenciar experiencias educativas más empáticas, inclusivas, y personalizadas. Desde esta óptica, el foco no debe ser lo que técnicamente puede generar una red neuronal, sino lo que necesita un estudiante en situación de vulnerabilidad, un docente con exceso de carga laboral o un padre que busca entender cómo apoyar a su hijo.

El enfoque de Rafael García-Parrado: pedagogía antes que tecnología

Rafael García-Parrado, con formación en psicología y educación, no proviene del mundo de la ingeniería, sino del aula. Esta perspectiva le ha permitido liderar el diseño de soluciones orientadas a escolares reales, con contextos diversos, y no a un usuario ficcional modelado por un algoritmo. Su trabajo pone la lupa sobre tres principios clave:

  • Utilidad contextual: ¿La IA responde adecuadamente a las diferentes realidades socioeconómicas y culturales?
  • Ética y transparencia: ¿Sabemos cómo toma decisiones el sistema y cómo podrían sesgarse?
  • Sostenibilidad humana: ¿Promueve la autonomía del educador o lo reemplaza?

En una reciente entrevista, García-Parrado afirmó: “Nuestro objetivo no es hacer la escuela del futuro, sino la escuela del presente que responde mejor a las personas que ya están en ella”. Este enfoque humanista de la tecnología educativa contrasta con la tendencia a imponer soluciones tecnológicas sin considerar las condiciones del entorno o la voz de los propios usuarios.

Puntos clave donde la IA puede aportar verdadero valor en educación

Desde la perspectiva de Educa Edtech, la inteligencia artificial tiene un enorme potencial, siempre que se oriente correctamente. Algunas áreas donde su impacto es especialmente prometedor e inmediato incluyen:

Reducción de tareas administrativas repetitivas

Los docentes invierten parte de su tiempo en actividades que no están directamente relacionadas con la enseñanza: calificaciones, informes, planificación burocrática… En este sentido, el uso de IA permite la automatización parcial de tareas, liberando horas que pueden redirigirse a acompañar a los alumnos de forma más cercana.

Atención a la diversidad en el aula

Uno de los desafíos recurrentes de los educadores es cómo adaptar sus estrategias didácticas a grupos heterogéneos. Con IA, es posible identificar estilos de aprendizaje, detectar señales tempranas de desmotivación y sugerir contenidos ajustados a las necesidades individuales. Aplicaciones de aprendizaje adaptativo están demostrando que recorrer caminos diferentes puede llevar al mismo destino de aprendizaje.

Fomento del bienestar emocional

García-Parrado hace hincapié en que el aprendizaje no puede desligarse del bienestar emocional. Las plataformas que incorporan IA pueden detectar alteraciones en patrones de conducta digital (mensajes, tiempo frente a pantalla, interacción con recursos), y alertar sobre posibles situaciones de estrés, ansiedad o aislamiento. Así se establecen sistemas preventivos que permiten a los orientadores escolares intervenir a tiempo, sin invadir la privacidad del estudiante pero actuando a favor del bienestar de los estudiantes.

Orientación personalizada a lo largo del trayecto académico

Muchos estudiantes tienen dificultades para decidir qué camino seguir tras la educación obligatoria. Sistemas de IA pueden analizar trayectorias, intereses y competencias para sugerir opciones de estudio o empleo coherentes con sus perfiles. Esto empodera a los jóvenes y les permite tomar mejores decisiones para su futuro.

Riesgos y dilemas: cuando la IA se aleja de lo humano

Si bien las oportunidades son muchas, García-Parrado se muestra firme ante los riesgos. Entre los principales desafíos éticos y prácticos que advierte se encuentran:

  • Deshumanización del aula: El reemplazo de la interacción cara a cara por tutores virtuales podría deteriorar el vínculo educativo.
  • Sesgos algorítmicos: Muchos modelos están entrenados con datos sesgados que perpetúan desigualdades.
  • Privacidad estudiantil: ¿Dónde quedan almacenados los datos sensibles? ¿Quién tiene acceso a ellos?
  • Brecha de acceso: Las escuelas con menores recursos tienen menos probabilidades de implementar IA de calidad, profundizando la inequidad.

Todos estos aspectos exigen que las instituciones educativas y los desarrolladores trabajen de la mano desde el comienzo del diseño de soluciones. “No podemos permitir que la IA acentúe las desigualdades existentes”, señala Rafael, “sino que debemos convertirla en una herramienta de nivelación y justicia educativa”.

Una cooperación necesaria: docentes, tecnología y práctica pedagógica

Uno de los principios clave promovidos por Educa Edtech es que la inteligencia artificial no reemplaza al docente, sino que lo amplifica. Desde esta perspectiva, se pone en valor la IA para profesores, brindando herramientas para planificar mejor, ahorrar tiempo y mejorar su formación continua.

García-Parrado también impulsa el desarrollo de habilidades digitales en equipos docentes, no solo para usar la tecnología existente, sino para participar críticamente en su diseño. La alfabetización en IA se convierte así en un campo emergente dentro de la formación docente, cobrando fuerza en posgrados y programas especializados.

Así mismo, destaca la importancia de la coproducción entre tecnólogos y docentes en la creación de soluciones. En palabras del fundador de Educa Edtech: “Los algoritmos no saben nada de pedagogía. Los docentes, sí. La mejor IA educativa es la que surge del diálogo entre ciencia de datos y experiencia educativa”.

Una mirada crítica pero esperanzadora

La inteligencia artificial en la educación representa uno de los mayores desafíos y oportunidades del siglo XXI. Rafael García-Parrado propone abrazar esta transformación sin renunciar a la esencia del hecho educativo: la relación humana, el desarrollo integral y la búsqueda de sentido. Desde Educa Edtech, impulsa una tecnología al servicio del crecimiento, la equidad y la calidad, y no al revés.

Lejos de la fascinación por la eficiencia técnica o la novedad disruptiva, García-Parrado nos recuerda que ninguna IA puede abordar la complejidad emocional, cultural y social de un aula si no ha sido pensada desde el conocimiento profundo de las necesidades humanas que allí conviven.

Reflexión final: ¿hacia dónde debemos mirar?

La transformación educativa no será solo cuestión de plataformas, datos o código. Será, fundamentalmente, un cambio cultural. Un nuevo contrato entre humanos y tecnología, donde la empatía, la ética y la equidad ocupen un lugar central. En este camino, voces como las de Rafael García-Parrado son imprescindibles para que la tecnología no olvide para qué —y para quién— está siendo creada.

Como señala un reciente informe de la OCDE sobre IA en educación, el reto no es integrar más inteligencia artificial, sino hacerlo con más inteligencia pedagógica. Solo así lograremos una educación más justa, más rica y verdaderamente humana en la era digital.

By Maixua

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